• Categoría de la entrada:Seguros
  • Tiempo de lectura:9 minutos de lectura
  • Autor de la entrada:

Los daños eléctricos son una de las causas más frecuentes de siniestros en el hogar, y pueden afectar tanto a la instalación eléctrica como a los electrodomésticos y aparatos electrónicos. Estos daños pueden deberse a diversas circunstancias, como subidas o bajadas de tensión, cortocircuitos, sobrecargas, caídas de rayos o averías eléctricas.

Los daños eléctricos pueden suponer un gran perjuicio económico para los propietarios o inquilinos de una vivienda, ya que pueden implicar la reparación o sustitución de los elementos afectados, así como la pérdida de alimentos refrigerados o de información almacenada en los dispositivos. Por eso, es importante contar con un seguro de hogar que cubra este tipo de siniestros y nos ofrezca una indemnización o una asistencia adecuada.

Sin embargo, no todos los seguros de hogar cubren los daños eléctricos de la misma forma, ni con la misma amplitud. Por eso, es conveniente revisar las condiciones y las coberturas de nuestra póliza, y comparar las diferentes opciones que nos ofrece el mercado, para elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades y a nuestro presupuesto.

¿Qué son los daños eléctricos en el seguro de hogar?

Los daños eléctricos en el seguro de hogar son aquellos desperfectos materiales que afectan a la instalación eléctrica, al cableado, a los enchufes, a los interruptores, a los fusibles, a los diferenciales, a los cuadros eléctricos o a cualquier otro elemento relacionado con la electricidad en la vivienda.

También se consideran daños eléctricos los que afectan a los electrodomésticos y aparatos electrónicos que se encuentran en el hogar, como frigoríficos, lavadoras, lavavajillas, hornos, microondas, vitrocerámicas, televisores, ordenadores, móviles, tablets, etc.

Los daños eléctricos pueden ser causados por diferentes motivos, como:

  • Subidas o bajadas de tensión: son variaciones bruscas e imprevistas en el suministro eléctrico, que pueden provocar el mal funcionamiento o la avería de los equipos conectados a la red.
  • Cortocircuitos: son conexiones anormales entre dos puntos de distinto potencial eléctrico, que generan una intensidad de corriente muy elevada, y pueden causar chispas, humo, fuego o explosiones.
  • Sobrecargas: son situaciones en las que la demanda de energía eléctrica supera la capacidad de la instalación, y pueden producir un calentamiento excesivo de los conductores, que puede derivar en un incendio o una fusión.
  • Caídas de rayos: son descargas eléctricas atmosféricas que pueden impactar directamente en la vivienda o en sus proximidades, y que pueden dañar la instalación eléctrica o los aparatos conectados a ella.
  • Averías eléctricas: son fallos o defectos en el funcionamiento de los equipos eléctricos o electrónicos, que pueden deberse a un desgaste, un uso inadecuado, una mala instalación o una falta de mantenimiento.

¿Qué cobertura ofrece el seguro de hogar en daños eléctricos?

La cobertura de daños eléctricos en el seguro de hogar es una de las garantías más habituales y demandadas por los usuarios, ya que ofrece una protección frente a los posibles perjuicios que puedan sufrir los elementos eléctricos de la vivienda.

Sin embargo, no todos los seguros de hogar incluyen esta cobertura, ni la ofrecen con la misma extensión. Por lo general, los seguros de hogar básicos o de responsabilidad civil no suelen cubrir los daños eléctricos, o lo hacen de forma muy limitada. Por el contrario, los seguros de hogar multirriesgo o a todo riesgo suelen incorporar esta cobertura, o permitir su contratación opcional, con un mayor alcance y una mayor indemnización.

La cobertura de daños eléctricos en el seguro de hogar suele incluir los siguientes aspectos:

  • La reparación o sustitución de la instalación eléctrica y de los elementos que la componen, en caso de que sufran algún daño por causas eléctricas.
  • La reparación o sustitución de los electrodomésticos y aparatos electrónicos que se encuentren en el hogar, en caso de que se averíen o se estropeen por causas eléctricas.
  • La pérdida de alimentos refrigerados o congelados, en caso de que se produzca un corte de suministro eléctrico o una avería en el frigorífico o el congelador, que impida su conservación.
  • La pérdida de información o datos almacenados en los dispositivos electrónicos, en caso de que se dañen o se borren por causas eléctricas.
  • La asistencia técnica o profesional, en caso de que se necesite la intervención de un electricista, un reparador o un perito, para solucionar el problema o valorar el daño.

La cobertura de daños eléctricos en el seguro de hogar suele tener un límite de indemnización, que puede variar según la compañía y el tipo de seguro. Este límite puede establecerse de forma global, para el conjunto de los daños eléctricos, o de forma individual, para cada uno de los elementos afectados. Asimismo, la cobertura puede tener una franquicia, que es la parte del daño que debe asumir el asegurado, y que puede reducir el importe de la indemnización.

¿Qué exclusiones tiene el seguro de hogar en daños eléctricos?

La cobertura de daños eléctricos en el seguro de hogar no es absoluta, y tiene una serie de exclusiones o limitaciones, que pueden variar según la compañía y el tipo de seguro. Estas exclusiones son las situaciones o los casos en los que el seguro de hogar no se hace cargo de los daños eléctricos, o lo hace de forma parcial o condicionada.

Algunas de las exclusiones más habituales son las siguientes:

  • Los electrodomésticos o aparatos electrónicos que estén en garantía o que tengan más de 10 años de antigüedad, salvo que se haya contratado una cobertura específica para ellos.
  • Las instalaciones eléctricas provisionales, defectuosas, obsoletas o que no cumplan la normativa vigente, salvo que se haya comunicado previamente a la compañía y se haya aceptado su aseguramiento.
  • Los defectos estéticos, como arañazos, rasguños, manchas o decoloraciones, que no afecten al funcionamiento de los equipos eléctricos o electrónicos.
  • Los daños causados por el desgaste, el uso, la falta de mantenimiento o la obsolescencia programada de los equipos eléctricos o electrónicos, salvo que se haya contratado una cobertura específica para ellos.
  • Los desperfectos o deterioros que no tengan una causa eléctrica, como golpes, caídas, roturas, robos, incendios, inundaciones, etc., salvo que se tenga contratada otra cobertura que los cubra.
  • Los daños indirectos o consecuenciales, como la pérdida de beneficios, la interrupción de la actividad, el lucro cesante, el daño moral, etc., que se deriven de los daños eléctricos.

Los daños eléctricos son una de las causas más comunes y graves de siniestros en el hogar, y pueden afectar tanto a la instalación eléctrica como a los electrodomésticos y aparatos electrónicos. Estos daños pueden suponer un gran perjuicio económico y una gran molestia para los propietarios o inquilinos de una vivienda, por lo que es importante contar con un seguro de hogar que los cubra y nos ofrezca una indemnización o una asistencia adecuada.

El seguro de hogar suele incluir la cobertura de daños eléctricos, que se encarga de reparar o sustituir los elementos afectados por causas eléctricas, así como de cubrir otros gastos derivados del siniestro, como la pérdida de alimentos o de información. Sin embargo, esta cobertura no es igual en todos los seguros, ni tiene el mismo alcance y las mismas condiciones.