Llegan las vacaciones y, entre maletas, sombrillas y billetes, hay un detalle que muchas veces se pasa por alto: ¿qué hacemos con los electrodomésticos cuando nos vamos unos días fuera? No se trata solo de ahorrar energía, también de evitar sustos al volver. Porque sí, un electrodoméstico mal apagado o enchufado puede jugarte una mala pasada… y lo último que quieres al regresar de vacaciones es encontrarte con una fuga de agua, un olor raro o, peor aún, una avería eléctrica.
Vamos a repasar qué aparatos conviene desconectar, cuáles pueden quedarse encendidos y por qué hacerlo bien puede marcar la diferencia entre volver a casa relajado o con un disgusto bajo el brazo.
¿Por qué es importante desconectar algunos aparatos?
Primero, por seguridad. Las subidas de tensión no avisan, y en verano son más frecuentes de lo que pensamos, sobre todo con tormentas eléctricas o picos de consumo por el uso masivo de aires acondicionados. Un apagón o una subida pueden dañar la electrónica de muchos electrodomésticos, especialmente si no están protegidos o llevan años funcionando.
Segundo, por consumo. Aunque no lo parezca, muchos aparatos siguen gastando aunque estén apagados. Es lo que se conoce como consumo fantasma: ese pequeño goteo constante de energía de aparatos en stand-by que, acumulado durante días o semanas, también se nota en la factura.
Tercero, por sentido común. Si no vas a usar algo durante 10, 15 o 30 días, ¿para qué tenerlo conectado?
Electrodomésticos que conviene apagar (y por qué)
Nevera y congelador
Si te vas más de una semana y puedes vaciar completamente el frigorífico y el congelador, desconectarlos es lo mejor. Asegúrate de limpiarlos antes, dejar la puerta entreabierta y colocar una toalla o recipiente para recoger posibles restos de agua del deshielo. Así evitas malos olores, moho o que un corte de luz dañe los alimentos.
Si los dejas encendidos porque tienes productos congelados, revisa que cierren bien, que no estén demasiado llenos y, si puedes, enchúfalos a una regleta con protección contra picos de tensión.
Lavadora y lavavajillas
Ambos deberían quedarse desenchufados. No solo por el consumo mínimo en reposo, sino porque pueden tener pequeñas fugas o problemas eléctricos si hay subidas de tensión. Además, si algo falla en el sistema de entrada de agua mientras estás fuera, puedes encontrarte una pequeña piscina al volver. Y no es el tipo de bienvenida que uno espera.
Microondas, horno, cafetera, robots de cocina y demás PAE
Todos esos aparatos que usamos casi a diario y que dejamos enchufados por comodidad también deberían desconectarse. La mayoría no necesita estar en standby y son sensibles a las oscilaciones de tensión. Algunos, como los microondas, siguen consumiendo solo por tener encendida la pantalla del reloj.
Termo eléctrico o caldera
Si te vas más de unos días, puedes apagar el termo o dejarlo en modo vacaciones si lo permite. No tiene sentido mantener el agua caliente si no la vas a usar. Esto no solo ahorra energía, también alarga la vida útil del aparato.
Router, ordenadores y aparatos conectados
El router sigue gastando aunque no lo uses. Si no tienes dispositivos conectados en remoto (como cámaras de vigilancia o domótica que necesite internet), puedes desconectarlo sin problema. Lo mismo con ordenadores, televisores, impresoras, decodificadores o consolas: todos consumen y, además, pueden dañarse si hay un fallo eléctrico.
¿Hay algo que convenga dejar encendido?
Si tienes sistemas de alarma, cámaras de vigilancia o domótica, evidentemente deben quedar conectados. Lo ideal en estos casos es que estén protegidos con un sistema de alimentación ininterrumpida (SAI) que los mantenga funcionando si hay un corte de luz y que regule la tensión al reconectarse.
Lo mismo ocurre si tienes un frigorífico con alimentos sensibles. Asegúrate de que esté conectado a una línea protegida, bien ventilado y sin exceso de carga.
Riesgos de no desconectar: más allá de la factura
- Daños eléctricos por subidas de tensión (muy comunes en verano por tormentas o picos de demanda).
- Aparatos que se recalientan al estar enchufados continuamente sin supervisión.
- Fugas de agua en lavadora o lavavajillas que podrían pasar desapercibidas hasta tu vuelta.
- Olores o moho si dejas alimentos olvidados en el frigorífico o recipientes con agua.
- Riesgo de incendio eléctrico en instalaciones antiguas o saturadas.
Trucos extra antes de cerrar la puerta
- Haz un recorrido final por la casa antes de irte. Mando en mano, enchufe por enchufe.
- Usa regletas con interruptor y protección: basta con un clic para desconectar varios aparatos a la vez.
- Si tienes programadores o domótica, configura escenas de vacaciones (luces automáticas, encendido de aparatos esenciales).
- Deja anotado lo que has dejado encendido (por si delegas el control a un vecino o familiar).