• Categoría de la entrada:Actualidad / Consejos
  • Tiempo de lectura:6 minutos de lectura
  • Autor de la entrada:
  • Publicación de la entrada:20 de mayo de 2025

Cuando el verano aprieta y las temperaturas no bajan ni de madrugada, muchos corremos al mando del aire acondicionado buscando un poco de tregua. Pero justo ahí, en ese momento de alivio, surge una pregunta que trae consigo cierto miedo a la factura de la luz: ¿a qué temperatura debería poner el aire para que enfríe bien sin gastar más de la cuenta?

Es una duda bastante común, y más en plena ola de calor. Aquí te contamos cómo funciona realmente el aire acondicionado, qué temperatura es la más razonable y cómo puedes mantener el confort sin que tu bolsillo lo note demasiado.

¿Existe una temperatura ideal?

Sí, y está más cerca de lo que crees. La temperatura más recomendable para combinar confort y ahorro energético suele estar entre 24 ºC y 26 ºC. Dentro de ese margen, el equipo trabaja de forma estable y sin forzarse, y el ambiente es agradable para la mayoría de personas. Poner el aire a 22 ºC o menos puede parecer buena idea al principio, pero es un derroche y puede suponer un sobreesfuerzo innecesario para el compresor.

Además, las diferencias térmicas extremas entre el exterior y el interior no son buenas para tu salud ni para el rendimiento del aparato. Cuando fuera tienes 40 ºC y dentro buscas mantener 20 ºC, estás obligando al equipo a funcionar al máximo durante horas, lo que se traduce en mayor consumo y más desgaste.

¿Cuánto se dispara el consumo por bajar la temperatura?

Aquí viene el dato que mucha gente desconoce: por cada grado que bajas el termostato por debajo de los 25 ºC, el aire acondicionado puede consumir entre un 6 % y un 8 % más. Eso significa que pasar de 26 ºC a 22 ºC no es solo una cuestión de comodidad, sino también de coste. Y en una ola de calor, esa diferencia puede notarse claramente en la factura eléctrica de final de mes.

El truco está en encontrar ese equilibrio entre frescura y eficiencia. Si lo combinas con otros recursos como persianas bajadas durante el día o ventiladores de apoyo, puedes subir incluso uno o dos grados más sin notar apenas diferencia.

¿Qué pasa si lo apago cada vez que salgo?

Esta es otra pregunta habitual en verano. Muchas personas dudan entre dejarlo encendido a una temperatura constante todo el día o apagarlo cuando salen de casa. Lo cierto es que, si vas a estar fuera más de 30 minutos, apagarlo es lo que más compensa.

Aunque el equipo tenga que enfriar un poco más al volver, ese gasto puntual es mucho menor que mantenerlo activo durante horas sin necesidad. Eso sí, si vives en un piso que se recalienta mucho o quieres evitar que la temperatura se dispare, una opción intermedia es dejarlo encendido a 28 ºC con ventilación cerrada. Así no consume tanto y no dejas que el calor lo invada todo.

Si quieres saber más, te recomendamos que eches un vistazo al siguiente artículo donde explicamos en detalle estas situaciones.

¿Por qué el aire no enfría bien cuando más lo necesito?

Si has puesto el aire a una temperatura razonable y aún así no sientes frescor, puede que no sea culpa del calor exterior. En muchos casos, la falta de mantenimiento, un mal dimensionamiento del equipo o una instalación antigua pueden afectar al rendimiento.

Si notas que el aparato funciona pero apenas enfría, que el flujo de aire es débil o que el consumo se ha disparado sin motivo aparente, te recomiendo que le eches un vistazo a este otro artículo donde explicamos en detalle por qué tu aire acondicionado puede no estar enfriando como debería:

Consejos para mejorar el rendimiento y reducir el consumo

Aunque la temperatura sea clave, hay otros factores que influyen en cuánto consume tu aire acondicionado:

  • Mantén los filtros limpios. Un filtro sucio hace que el aire circule peor, el aparato trabaje más y el consumo suba.
  • Evita que entre el sol directo. Usa persianas, cortinas o toldos para impedir que el calor invada la estancia.
  • Asegúrate de que puertas y ventanas estén bien cerradas. El aire frío se escapa por cualquier rendija.
  • No tapes el split con muebles, cortinas o elementos decorativos. Necesita espacio para funcionar bien.
  • Revisa la instalación eléctrica. Una mala conexión puede reducir el rendimiento y aumentar el gasto.

¿Merece la pena dejarlo programado?

Sí, si lo haces con cabeza. Muchos equipos modernos permiten programar encendido y apagado, o establecer modos ECO que adaptan la temperatura a cada franja horaria. Así puedes mantener la casa fresca durante las horas de más calor sin tener que dejarlo encendido todo el día.