• Categoría de la entrada:Actualidad / Opiniones
  • Tiempo de lectura:7 minutos de lectura
  • Autor de la entrada:
  • Publicación de la entrada:16 de mayo de 2025

Si estás pensando en instalar placas solares en casa o ya tienes una instalación en marcha, es bastante probable que hayas oído hablar del inversor solar. Pero, ¿sabes exactamente qué hace? Porque sí, las placas captan la luz del sol, pero sin el inversor… no hay mucho que hacer con esa energía. Vamos a explicarlo bien, sin tecnicismos innecesarios, pero con rigor, como se merece.

¿Qué es un inversor solar y por qué es imprescindible?

En pocas palabras, el inversor es el cerebro eléctrico de tu instalación fotovoltaica. Su función principal es convertir la electricidad que generan las placas (corriente continua, o CC) en electricidad que puedas usar en casa (corriente alterna, o CA). La red eléctrica de tu hogar, tus electrodomésticos, tus bombillas y prácticamente todo lo que tienes enchufado funciona con corriente alterna. Las placas, no.

Así que si no tienes inversor, todo ese sol tan bien aprovechado no te sirve para nada útil dentro de casa.

Pero su función no se queda ahí. Un inversor también controla la producción, regula los flujos de energía, y, en algunos casos, decide qué hacer con el excedente: si se almacena en baterías, si se vierte a la red, o si se ajusta el consumo en función de la demanda.

Tipos de inversores solares

No todos los inversores hacen lo mismo, ni de la misma manera. Estos son los tipos más habituales que puedes encontrar en una instalación conectada a red:

  • Inversor string o de cadena: el más común. Las placas se conectan en serie y toda la producción pasa por un único inversor. Es sencillo, eficaz y económico, pero si una placa tiene sombra o rinde menos… afecta a todo el conjunto.
  • Microinversores: cada panel tiene su propio inversor. Esto permite optimizar cada módulo de forma independiente. Es más caro, pero ideal en tejados con zonas sombreadas o de orientación diversa.
  • Inversores híbridos: además de convertir la corriente, gestionan el almacenamiento en baterías. Son perfectos si quieres combinar autoconsumo con acumulación.

¿Qué pasa si el inversor falla?

Esta es fácil: si el inversor falla, la instalación deja de producir electricidad útil. Las placas pueden estar recibiendo sol a raudales, pero si no hay conversión, no hay consumo posible. Y en el caso de una instalación conectada a la red, puede incluso que el sistema se bloquee como medida de protección.

Algunos de los síntomas de fallo en el inversor pueden ser:

  • La producción solar cae a cero sin motivo aparente
  • Saltan alarmas o códigos de error en la pantalla del inversor
  • La aplicación de monitorización muestra cortes o desconexiones
  • El inversor no emite el típico zumbido que indica que está activo

En ese caso, lo ideal es no manipularlo por tu cuenta y llamar a un instalador autorizado. Son equipos delicados y con conexiones de alta tensión.

¿Qué hace el inversor cuando hay conexión con la red?

Este punto es clave. En instalaciones conectadas a red (la mayoría de autoconsumo doméstico), el inversor no solo convierte la energía: también sincroniza la frecuencia y tensión con la red eléctrica. Eso permite inyectar energía cuando produces más de la que consumes, o recibirla cuando no hay suficiente sol.

Además, si tienes compensación de excedentes, el inversor es quien se encarga de medir y comunicar cuánto estás vertiendo a la red. En otras palabras: es quien hace de puente y de mediador entre tu instalación y la distribuidora.

¿Y si hay un corte de luz?

Aquí viene una curiosidad importante: si la red eléctrica se cae, el inversor se apaga automáticamente. ¿Por qué? Por seguridad. Si el sistema siguiera vertiendo electricidad a una red en reparación, podría poner en peligro a los técnicos que están trabajando. Esto se llama protección anti-isla y está regulado por normativa.

La excepción son los inversores híbridos con baterías y sistemas específicos que permiten seguir teniendo suministro local aunque haya un corte. Pero son otro nivel de instalación, más costosos y con requisitos técnicos adicionales.

¿Cuánto dura un inversor solar?

Un inversor no tiene la misma vida útil que las placas solares. Mientras que los paneles pueden durar 25 años o más, el inversor suele tener una vida útil de entre 8 y 12 años, dependiendo del modelo y del uso. Algunos fabricantes ya ofrecen equipos más longevos, pero es importante saber que, en la vida útil completa de la instalación, seguramente habrá que cambiarlo al menos una vez.

¿Puedo saber cuánto produce gracias al inversor?

En muchos casos, sí. Los inversores modernos vienen con conexión Wi-Fi o Ethernet y permiten ver la producción en tiempo real desde una app. Así puedes comprobar cuánta energía estás generando, cuánto estás consumiendo y si estás vertiendo a la red o tirando de ella. Una herramienta útil para entender tus hábitos y ajustar el consumo en consecuencia.

¿Tiene sentido hablar del inversor después del apagón?

Sí. Y mucho. El apagón de abril puso sobre la mesa algo que muchos ya intuían: dependemos totalmente de la electricidad. Y aunque una instalación solar no evita que la red se caiga, un inversor híbrido bien configurado sí puede darte autonomía temporal gracias a una batería. No es magia, pero es una ventaja que antes sonaba a lujo y ahora empieza a verse como una inversión lógica.