Mantenimiento de los electrodomésticos del hogar: ¿cómo realizarlo?
Los electrodomésticos son piezas fundamentales en nuestros hogares, facilitando nuestra vida diaria. Desde el frigorífico hasta el lavavajillas, pasando por el horno, la lavadora y la campana extractora, estos aparatos nos ayudan a conservar los alimentos, cocinar, lavar y limpiar. Sin embargo, para mantener su buen funcionamiento y prolongar su vida útil, es esencial conocer algunas pautas de mantenimiento.
Importancia del mantenimiento de los electrodomésticos
El mantenimiento adecuado de los electrodomésticos es crucial para varios aspectos:
- Durabilidad: Un mantenimiento regular ayuda a prevenir averías y alarga la vida útil de los electrodomésticos, lo que ahorra dinero a largo plazo.
- Seguridad: Electrodomésticos mal mantenidos pueden representar un riesgo para nuestra seguridad y la de nuestro hogar, causando cortocircuitos, incendios o fugas de gas.
- Eficiencia energética: Un electrodoméstico en buen estado consume menos energía, reduciendo nuestros costes de electricidad y gas y contribuyendo al cuidado del medio ambiente.
- Higiene y salud: Un electrodoméstico limpio y desinfectado evita la proliferación de bacterias, hongos y malos olores, que pueden afectar a la calidad de los alimentos y a nuestra salud.
Consejos para el mantenimiento de los electrodomésticos
A continuación, te ofrecemos algunos consejos útiles para el mantenimiento de los electrodomésticos más comunes del hogar:
¿Cómo realizar el mantenimiento del frigorífico?
El frigorífico es el electrodoméstico que más energía consume, por lo que es importante mantenerlo en óptimas condiciones. Para ello:
- Colócalo en un lugar fresco y ventilado, alejado de fuentes de calor como el horno o la radiación solar. Deja unos 15 cm de espacio entre el frigorífico y la pared para facilitar la circulación del aire.
- Ajusta la temperatura según la estación del año y el nivel de carga. Lo ideal es que el frigorífico esté entre 3 y 5 °C y el congelador entre -18 y -20 °C.
- No sobrecargues el frigorífico ni lo dejes vacío. Distribuye los alimentos de forma ordenada y evita que toquen las paredes o las salidas de aire. No introduzcas alimentos calientes ni envases abiertos.
- Limpia el interior del frigorífico una vez al mes con agua y vinagre o con un producto específico. No uses lejía ni productos abrasivos. Limpia también las gomas de las puertas y comprueba que cierran bien.
- Descongela el frigorífico cada seis meses o cuando la capa de hielo supere los 5 mm de grosor. Apaga el frigorífico, retira los alimentos y los accesorios y deja que el hielo se derrita. Seca bien el interior y vuelve a conectar el frigorífico.
- Limpia el exterior del frigorífico con un paño húmedo y un poco de jabón neutro. No uses productos abrasivos ni estropajos. Limpia también la parte trasera y el condensador con una aspiradora o un cepillo suave para eliminar el polvo.
¿Cómo realizar el mantenimiento del horno?
El horno es uno de los electrodomésticos que más se ensucia al cocinar, por lo que es importante limpiarlo con frecuencia. Para ello:
- Limpia el horno después de cada uso, cuando aún esté templado. Usa un paño húmedo y un poco de jabón neutro o un producto específico para hornos. No uses estropajos ni productos abrasivos que puedan dañar el esmalte. Limpia también la puerta y las juntas.
- Una vez al mes, haz una limpieza profunda del horno. Si tu horno tiene la función de pirolisis o autolimpieza, actívala y deja que el horno se caliente a alta temperatura para quemar los restos de grasa y comida. Después, solo tendrás que pasar un paño húmedo para retirar las cenizas. Si tu horno no tiene esta función, puedes usar un producto específico para hornos o una mezcla de bicarbonato y vinagre. Aplica el producto o la mezcla por todo el interior del horno y déjalo actuar durante unas horas. Luego, retira el producto con un paño húmedo y aclara con agua.
- Limpia los accesorios del horno, como las bandejas, las rejillas y los moldes, con agua caliente y jabón o en el lavavajillas. Si están muy sucios, puedes dejarlos en remojo con agua y vinagre o con un producto desengrasante.
¿Cómo realizar el mantenimiento de la lavadora?
La lavadora es el electrodoméstico que más se usa en el hogar, por lo que es importante cuidarlo para evitar averías y malos olores. Para ello:
- Revisa los bolsillos de la ropa antes de introducirla en la lavadora y vacíalos de objetos como monedas, clips o chicles. Cierra las cremalleras y los botones y da la vuelta a las prendas delicadas.
- No sobrecargues la lavadora ni la dejes vacía. Ajusta la carga según el programa y el tipo de ropa. Usa una bolsa de red para lavar las prendas pequeñas o con cordones, como los sujetadores o los zapatos.
- Usa el detergente, el suavizante y el blanqueador adecuados para tu lavadora y tu tipo de ropa. No uses más cantidad de la necesaria, ya que puede generar espuma y obstruir los conductos. Limpia el cajetín del detergente con regularidad para evitar la acumulación de residuos.
- Deja la puerta y el tambor abiertos después de cada lavado para que se sequen y se ventilen. Así evitarás la formación de moho y malos olores. Limpia el interior del tambor con un paño húmedo cada dos o tres meses.
- Limpia el filtro de la lavadora cada mes o cada dos meses. Para ello, retira el tapón del filtro, que suele estar en la parte inferior delantera de la lavadora, y extrae el filtro. Límpialo con agua y jabón y elimina los posibles objetos que se hayan quedado atrapados. Vuelve a colocar el filtro y el tapón en su sitio.
- Haz una limpieza profunda de la lavadora cada seis meses o cada año. Para ello, puedes usar un producto específico para lavadoras o una mezcla de vinagre y bicarbonato. Pon el producto o la mezcla en el cajetín del detergente y haz un lavado a alta temperatura con la lavadora vacía. Así eliminarás la cal, la grasa y las bacterias que se hayan podido acumular en el interior de la lavadora.
¿Cómo realizar el mantenimiento del lavavajillas?
El lavavajillas es un electrodoméstico muy práctico y eficiente, pero también necesita un mantenimiento adecuado para evitar problemas. Para ello:
- No metas en el lavavajillas objetos que no sean aptos para este electrodoméstico, como madera, cerámica, cristal, aluminio o hierro. Tampoco metas objetos muy sucios o con restos de comida pegados, ya que pueden obstruir los filtros o los brazos rociadores.
- Distribuye la vajilla de forma ordenada y equilibrada, sin que se toquen entre sí ni bloqueen los brazos rociadores. Coloca los platos y las bandejas en la parte inferior y los vasos y los cubiertos en la parte superior. Usa los separadores y los soportes para colocar los objetos correctamente.
- Usa el detergente, la sal y el abrillantador adecuados para tu lavavajillas y tu tipo de agua. No uses más cantidad de la necesaria, ya que puede generar espuma y residuos. Limpia el cajetín del detergente con regularidad para evitar la acumulación de restos.
- Limpia los filtros del lavavajillas cada dos o tres semanas. Para ello, retira los filtros, que suelen estar en la parte inferior del lavavajillas, y lávalos con agua y jabón. Elimina los posibles restos de comida o suciedad que se hayan quedado atrapados. Vuelve a colocar los filtros en su sitio.
- Limpia los brazos rociadores del lavavajillas cada dos o tres meses. Para ello, retira los brazos rociadores, que suelen estar en la parte superior e inferior del lavavajillas, y lávalos con agua y vinagre. Elimina los posibles restos de comida o cal que se hayan quedado en los orificios. Vuelve a colocar los brazos rociadores en su sitio.
- Haz una limpieza profunda del lavavajillas cada seis meses o cada año. Para ello, puedes usar un producto específico para lavavajillas o una mezcla de vinagre y bicarbonato. Pon el producto o la mezcla en el cajetín del detergente y haz un lavado a alta temperatura con el lavavajillas vacío. Así eliminarás la grasa, la cal y las bacterias que se hayan podido acumular en el interior del lavavajillas.
¿Cómo realizar el mantenimiento de la campana extractora
La campana extractora es un electrodoméstico esencial para mantener el aire limpio y libre de humo y olores en la cocina. Sin embargo, para mantener su buen funcionamiento y prolongar su vida útil, es esencial conocer algunas pautas de mantenimiento. Para ello:
- Enciende la campana unos minutos antes de empezar a cocinar y déjala funcionar unos minutos después de terminar. Así evitarás que el humo y los olores se acumulen en el ambiente y en la campana.
- Usa la potencia adecuada según el tipo de cocción. No uses una potencia demasiado baja ni demasiado alta, ya que puede reducir la eficacia de la campana o aumentar el consumo de energía.
- Limpia los filtros de la campana cada dos o tres meses. Los filtros son los encargados de retener la grasa y las partículas que se generan al cocinar. Si no se limpian o se cambian con regularidad, se saturan y dificultan el paso del aire, reduciendo la capacidad de extracción de la campana. La solución es limpiar los filtros metálicos con agua caliente y jabón o en el lavavajillas, y cambiar los filtros de carbón activo cada seis o doce meses, según el uso que se le dé a la campana.
- Limpia el exterior de la campana con un paño húmedo y un poco de jabón neutro. No uses productos abrasivos ni estropajos que puedan rayar o dañar el acabado de la campana. Limpia también el interior de la campana con un producto específico para campanas o con una mezcla de vinagre y agua.
- Limpia el tubo de salida de la campana con regularidad. El tubo de salida es el que conecta la campana con el exterior y por el que circula el aire. Si el tubo está sucio o obstruido por polvo, insectos o grasa, el aire no puede salir y se produce una pérdida de presión y de eficacia. La solución es limpiar el tubo de salida con una aspiradora o un cepillo suave para eliminar el polvo y la suciedad.